Una piedra marcada por la lluvia es un libro donde la autora añora y evoca un contexto histórico y emocional que desaparece junto a sus seres queridos, así como un nuevo mundo que asume. Nada escapa a su visión, desde los elementos más sutiles y triviales, hasta la grandeza de un destello de luz y de una paisajística reverdecida. La familia ocupa un lugar cimero dentro del poemario, y el amor carnal un lugar transitorio, aunque también recurre a temas de vasta universalidad, universalidad que no está dada por zonas geográficas, sino por la ternura, el amor y la comprensión entre los seres humanos.
Querido amigo Rey de las Trampas
por dos caminos se llega al mismo sitio:
por el orgullo de conocer la vida, por avidez;
o porque la soledad te duela como dolor maligno.
Mi pupila penetra
conoce el laberinto por donde corres
por qué tu corazón se agita,
tu sudor brota,
cómo tus ojos se apropian del entorno…
Lince milenario,
tu olfato percibe el peligro
y la sangre se agolpa
y vuelves hacia tu juventud,
estás vivo.
Yo te he cobrado cada engaño,
a veces te he estafado,
te he hecho pagar con demasía;
pero también te he entregado
monedas de oro por cada gesto puro
por cada asalto a tus instintos,
por la ternura que me entregas a pesar
de tus propósitos.
Oh, preferido entre los socios,
mi precio lo has pagado,
mi lucidez de ser humano se parece a los hombres;
pero suelo tener
la dulce ceguedad de la mujer
su cuerpo
un buen ungüento para endulzar las noches,
soy de esos seres primarios
que contenían ambos seres.
Mi precio lo has pagado:
tu sexo es como un nido casto y fuerte…
Cuando me tomas, te tomo
y si me engañas, te descubro,
y me entrego
por el exacto precio que pagas al corazón.
Usted no lo sabía, pero yo soy,
“la viajera más joven del ómnibus”
la que espera
y retoca sus mejillas y labios
porque yo sé que un día va a llegar,
traerá una sonrisa por abrir
una canción para escuchar,
me dirá dulcemente
“ha terminado el viaje”,
no sentirás dolor
puedes dejar el ómnibus
ya no estás obligada a continuar la ruta.”
Recogeré mi bolso
y saldré para siempre,
la llovizna, la obscuridad no serán,
iremos, susurros de luz,
tendrá todas las respuestas
y no le haré preguntas,
todo el misterio
y ya no dudaré,
será quien levante la cerca
quien me lleve sobre la ceniza
y me haga presente,
porque yo soy la viajera más joven.
© Laura Victoria Rodríguez Rodríguez - Todos los derechos reservados